Los beneficios que aportan los perros a los seres humanos son muy conocidos: prolongan la vida al preservar el equilibrio físico y mental, facilitan la socialización, acompañan a personas en soledad y, está comprobado, ayudan a curar enfermedades como la hipertensión o la depresión. En los niños, el vínculo es aún más intenso e importante, ya que los perros contribuyen a su aprendizaje. Es un hecho que los niños se desarrollan mejor en compañía de un perro. Este 30 de abril, Día del Niño, dedicamos nuestro artículo de blog a los consentidos del hogar. Niños y perros: beneficios de crecer juntos.
Las mascotas desempeñan un papel sumamente importante en la vida de un niño. Particularmente los perros, los más sociables de los animales, contribuyen al desarrollo educativo y social del infante; el perro es un vehículo para que el niño asuma responsabilidades y aprenda valores como el respeto por los demás. Un perro ayudará al niño a cuidar de otro ser vivo, lo que fomenta en ellos un sentido de seguridad.
Un estudio de la Fundación Affinity que investiga, actúa y promueve los beneficios de los animales de compañía en la sociedad, explica que los primeros conceptos que un niño asocia con su perro son "cuidar", "alimentar" y "jugar". Por ahí comienza el vínculo entre personas y mascotas.
Conforme el niño crece, se van sumando tareas más complejas, como ocuparse de que los animales tengan siempre agua limpia, darles su comida, cepillarlos o bañarlos si ya tienen la edad para asumir esa responsabilidad. En la adolescencia, los hijos humanos ya pueden ocuparse de los paseos, por ejemplo, siempre que la seguridad en la zona donde habitan, lo permita.
Niños y perros: beneficios de crecer juntos.
Está demostrado que lo niños que crecen con perros, desarrollan valores como la compasión y la empatía, que en un futuro, serán herramientas valiosas para establecer relaciones interpersonales más positivas y lazos afectivos fuertes.
También desarrollarán un carácter alegre y tendrán mayor autocontrol, al disminuir los miedos típicos de la infancia como la soledad, la oscuridad o el abandono. Los perros brindan a los niños mayor seguridad en sí mismos al comprender que son responsables de un ser vivo, lo que exige cierta fortaleza y sentido de protección. En resumen, las mascotas fungen como un “estabilizador de la conducta infantil”.
Para un alto porcentaje de menores e incluso personas con necesidades especiales, un animalito es un gran apoyo emocional. Abrazar a su compañero canino o dormir con él, ayuda a controlar las emociones negativas como la tristeza, el enojo o el miedo.
El ocio prácticamente no tiene lugar cuando el niño crece con un perro. 50% de los infantes que tienen mascotas, consideran a sus animales como compañero de actividades y juegos. Se sabe que 8 de cada 10 niños entre los 9 y los 12 año de edad, prefieren pasar más tiempo con su perro en lugar de jugar con videojuegos en solitario.
Las mejores razas de perros para niños.
Antes de adoptar un perro como compañero de sus hijos, los padres deben considerar que un animal requiere tiempo, cuidados, un presupuesto especial destinado a sus necesidades y un espacio adecuado según el tamaño y raza. Algunas razas de perro son más recomendadas que otras por los expertos para convivir con niños, esto debido a su carácter afable y propensión a la obediencia. Sin embargo, la raza es algo relativo si los adultos de la casa están dispuestos a educar a animales y niños para una interacción armónica y segura.
Más que el tipo de perro, habrá que considerar el temperamento, edad y estilo de vida del niño y su familia. Algunas de las razas que los veterinarios y etólogos aconsejan para convivir con niños son en su mayoría perros grandes. Los chihuahuas, por ejemplo, que por su tamaño pequeño pueden parecer fáciles de cuidar y manejar, tienen un carácter nervioso y gruñón, por lo que gustan de ser “hijos únicos” y tener toda la atención de los padres para ellos solos.
Podríamos citar algunos ejemplos de perros “de buen carácter” para interactuar con niños como el Labrador o Golden Retriever, por su gran energía y docilidad. Otro perro juguetón para niños es el Beagle, que además es fácil de adiestrar. El French Poodle o Caniche son raza parecidas, ambas ideales para vivir en un departamento, ya que son pequeños y casi no sueltan pelo. Los Bóxers están también entre los favoritos de los niños y de los padres por su gran instinto protector, facilidad para entrenarlos y su temperamento juguetón.
Otras buenas razas son el Pastor Alemán, el Collie o el San Bernardo, si se tiene el espacio. Pero no olvidemos a los mejores perros del mundo: los mestizos. Estos animalitos son los más agradecidos y desarrollan fuertes lazos afectivos con sus “rescatadores”. Suelen ser más inteligentes ya que han aprendido a sobrevivir situaciones difíciles. Si se tiene el tiempo de entrenar a un animal que vivió en situación de calle, será una estupenda mascota.
Otro factor importante a tomar en cuenta es que los niños por sí solos no se vuelven más responsables por el simple hecho de tener una mascota. Corresponderá a los padres repartir las tareas relacionadas con los cuidados del animal e integrar al perro como una herramienta educativa que puede favorecer el sentido de responsabilidad del niño, ayudar a fomentar su paciencia, fortalecer su autoestima y comprender conceptos tan complejos como la vejez, la muerte, la independencia y el respeto a la naturaleza. Éstas son algunas de las ventajas de la convivencia entre perros y niños y los beneficios de crecer juntos. Todo esto a través de acciones como el cuidado en la alimentación, de la salud y el cariño que merece un compañero de vida como es el perro.
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